La internacionalización de las grandes empresas españolas ha sido constante desde finales de siglo pasado, tendencia que se ha reforzado estos últimos años por la crisis y por la alta valoración y reconocimiento internacional de los productos y servicios made in Spain. Han destacado por ello las empresas constructoras o dedicadas a la ingeniería, las textiles o del sector de telecomunicaciones, en suma, todo tipo de entidades con capacidad para exportar su know-how y servicios por todo el globo. El destino natural de nuestras empresas ha sido fundamentalmente Latinoamérica, por la cercanía cultural e idiomática, sin embargo las oportunidades de crecimiento en países africanos o asiáticos ha hecho variar esta tendencia.

El proceso de internacionalización no sólo conlleva la conciencia sobre la mayor o menor seguridad jurídica, situación política o sanitaria de los países dónde se pretende crecer, sino que además las empresas tendrán que valorar el “nivel de seguridad de sus trabajadores en este proceso de internacionalización”.

El deber de cuidado de los trabajadores ha de ser la premisa fundamental de las empresas para proteger la integridad física de los mismos y, por ende, el porvenir exitoso del negocio en el exterior. Imposible, por otro lado, si no se puede contar con el activo del personal.

El seguro de secuestro y extorsión, más conocido por sus siglas en inglés “K&R” (Kidnap and Ransom), se configura como una solución aseguradora necesaria para mitigar y dar solución a este tipo de incidentes. En caso de ocurrir un incidente, la póliza da acceso a consultores de seguridad expertos en este tipo de países. Asimismo, este seguro tendrá una labor fundamental en el reforzamiento de la política de seguridad de las empresas en el extranjero, y mediante la contratación de la póliza se ofrece asesoramiento previo al incidente por parte de los consultores de seguridad.